«No hay que descartar absolutamente nada». Es la respuesta que ha ofrecido la portavoz del Gobierno regional, Blanca Fernández, este miércoles en rueda de prensa al ser preguntada sobre la posible implantación del toque de queda como medida para contener la propagación del coronavirus. La también consejera de Igualdad ha matizado no obstante que si se adoptase esa medida, que supondría la limitación o prohibición de movimiento en un tramo horario determinado, «lo razonable es que se tomara a nivel nacional».
Por eso ha incidido en que ese y otros asuntos han de abordarse en la sesión de este jueves del Consejo Interterritorial de Salud, órgano que reúne a autonomías y Gobierno central, una reunión a la que Castilla-La Mancha acudirá «con máxima lealtad al Estado y al resto de comunidades autónomas, la misma que ha ejercido desde el inicio de la pandemia».
Inquerida también sobre los planes para reducir el límite en las reuniones familiares de diez a seis personas, Fernández ha apuntado que en la comunidad autónoma se están tomando medidas de ámbito local o de área sanitaria en función de la gravedad y que esa estrategia está resultando «solvente» para reducir la incidencia de la enfermedad COVID-19 en la región, que vuelve a estar por debajo de la media nacional.
