Este sábado 14 de junio se celebra el Día Nacional de las Lenguas de Signos Españolas. Este día fue declarado oficialmente en 2014 en recuerdo a cuando en 1936 se constituyó la Confederación Estatal de Personas Sordas (CNSE). La entidad junto a la asociación que lleva el mismo nombre han hecho posible que la lengua de signos española sea valorada en la sociedad. Entidades como la Asociación Cultural de Sordos de Cuenca trabajan día a día con este lenguaje oficialmente reconocido apoyando a la comunidad.
Carlos Antonio Escudero es el presidente de la asociación y Mercedes Moreno, Juan Carlos Collado y Paloma son algunos de los socios que participan en la difusión de la lengua de signos. Con el objetivo de concienciar y acercar la lengua de signos a los oyentes, uno de los principales retos para esta asociación, presidente y asociados realizan talleres y ofrecen charlas para ayudar en el aprendizaje a la hora de signar junto a Nacho, colaborador de la asociación y Eva Pasarón, trabajadora social de la misma.
En el caso de los niños resulta mucho más sencillo aprender a signar «porque lo ven y lo practican con otras personas desde el inicio», sin embargo en el caso de las personas más mayores que, por ejemplo, padecen hipoacusia, que es la pérdida de la capacidad de oír en uno o los dos oídos, «es más difícil» ya que están acostumbrados al lenguaje oral y a comunicarse de esa manera. El presidente de la asociación destaca lo difícil que puede llegar a ser enseñar a los adolescentes porque «no participan en las actividades y talleres que realizamos y no quieren realizar los juegos a través de los que enseñamos a signar». En cualquier caso, destaca, «a quien le viene la sordera más tarde cuenta con otras capacidades diferentes para signar».
La realidad de las personas sordas en el medio rural conquense
Alejados de la realidad y sin apenas presencia en la conversación social quedan las personas sordas que viven en el medio rural. El presidente de la asociación destaca que es precisamente en esos pequeños municipios de la provincia donde la asociación realiza talleres «para aprender algo básico de la lengua de signos, para que nos podamos comunicar mejor» y que son los propios interesados quienes buscan directamente a la entidad. Además, la asociación también ofrece apoyo a las personas sordas del medido rural para que no se quede aislado y pueda aprender a comunicarse.

Desde la asociación resaltan la implicación y sensibilidad que muestra la población de estas pequeñas localidades que, cuando se desplazan allí y realizan un taller no dudan en acudir padres con niños, adultos y familias. Pasarón subraya que tras la realización de estos eventos «la gente se nos acerca, nos da las gracias y nos pregunta dónde pueden seguir aprendiendo» porque la población considera que «el lenguaje de signos debería ser algo más que se enseñase en el colegio, como el inglés», destaca.
Los niños son uno de los colectivos más sensibles en el medio rural, pues para aprender a signar tienen que migrar a una residencia especializada en grandes urbes como Madrid, allí, señala Escudero, «aprenden el lenguaje de signos y el lenguaje bimodal», que combina el lenguaje hablado y la lengua de signos. Sin embargo, en algunos casos los padres de estos no quieren aprender a signar. En otros casos es la propia familia del menor quien decide que el niño tiene que aprender el lenguaje oral o bimodal.
Cuando no tienen la voz desarrolladas el saber leer los labios y el lenguaje de signos les permite comunicarse y entender a los demás. En el caso de que sean personas con implante, el presidente señala que «deben acudir a la Asociación de Padres y Amigos del Sordo (ASPAS)». Allí enseñan a los niños y adultos sordos de la mano de psicólogos, logopedas y otros profesionales, «con mucho trabajo» a hablar.
El apoyo que las personas sordas reciben en los pueblos, se centra fundamentalmente en esta asociación. La entidad denuncia que además de participar activamente en todas las actividades que se desarrollan a lo largo del año y llevar a cabo las suyas propias echan en falta un mayor apoyo institucional. El presidente destaca que aunque les acompañan cuando realizan alguna actividad como la mesa informativa que organizaron este viernes en Carretería, llevan años realizando promesas «de que iban a mejorar las cosas, pero esto nunca llega». Del mismo modo, desde la asociación señalan que sería importante apoyar a las personas sordas en el medio rural, especialmente a los niños, «para que no tuvieran que marcharse y se continuara despoblando la provincia», destacan desde la entidad.
Cultura y nuevas tecnologías, dos focos de discriminación para las personas sordas
La vida de las personas sordas encuentra barreras y discriminación en prácticamente todos los ámbitos, algo que resulta desconocido para los oyentes. El cine, el teatro o las presentaciones son algunos de las ofertas culturales que las personas sordas no pueden disfrutar al no encontrarse adaptadas. En este aspecto el presidente señala que falta mucho por avanzar, porque las personas sordas quedan fuera de la conversación a nivel social. Ejemplo de ello son también las televisiones públicas, que no cuentan con intérprete de lengua de signos y «los subtítulos van muy rápido», reseña Escudero.
En lo referente a las nuevas tecnologías, en general, las personas sordas han encontrado un espacio seguro y eficiente para poder comunicarse gracias a las aplicaciones como WhatsApp o FaceTime, que les permiten comunicarse por escrito y hacer videollamadas. Sin embargo, en plataformas como Facebook, Instagram y sobre todo TikTok falta adaptación para que las personas sordas puedan disfrutar de los mismos derechos y opciones que las personas oyentes.